21 jul 2011

Historia Cazadores de Tesoros

La búsqueda de riquezas ocultas o perdidas es una actividad antigua en la historia de la humanidad.

Cazadores de tesoros


 Entre los ejemplos remotos podemos mencionar al explorador español Juan Ponce de León, quien pretendía hallar reservas de oro y la fuente de la eterna juventud en el Nuevo Mundo. En la gran época de la marina mercante y la piratería, e los siglos XVII y XVIII, muchos intentaron hallar cofres llenos de riquezas ocultados por los piratas en islas apartadas y franjas costeras. Los medios empleados por esos cazadores de tesoros de tesoros eran rudimentarios; consistían en la revisión física de los lugares a partir de mañas, relatos orales y otras bases documentales.
La gran transformación de esta práctica ocurrió en el siglo XX a partir de los progresos de la tecnología, como el desarrollo de los detectores de metales. En la década de 1930, el pionero fue el investigador alemán Gerhard Fisher, interesado en la localización de minas durante los tiempos de guerra. El sistema se refino hasta conseguir modelos portátiles computarizados capaces de discriminar la calidad y el volumen de los metales sepultados. Estos también dieron lugar a los arcos de detención instalados a la entrada de aeropuertos, empresas y oficinas.
Un desarrollo paralelo fue el de la exploración submarina para hallar restos de naufragios. El primer paso fueron los trajes y el quipo de buceo a inicios del siglo XIX, así como los submarinos, cuyos modelos funcionales ya existían a comienzos del XX. En la segunda mitad de éste se crearon vehículos subacuáticos de operación remota que permitieron, por ejemplo, ubicar y explorar los restos del Titanic en la década de 1980.
Aparte del trabajo serio y metódico que desarrollan arqueólogos e investigadores, la cacería de tesoros es hoy un pasatiempo especial en Estados Unidos, donde incluso hay clubes dedicados a la búsqueda de esos inquietantes objetos. En México, donde existe un par de compañías enfocadas a este asunto, algunas personas mantienen la esperanza de encontrar un saco de monedas oculto durante la Revolución o un cofre de doblones emparedado en la época virreinal.

1 comentario:

NUMISEVAR dijo...

Sin duda alguna los detectores de metales pueden tener un uso bueno en sí para la sociedad,donde su utilización abarca muchos campos.
Como habeís leido desde todos los tiempos han existido los buscadores y soñadores de tesoros.....
¿Es malo pensar ó soñar en encontrar un día un tesoro?