26 abr 2011

Sant Boi de Llobregat,recupera su pasado romano.

Fecha: 22/04/2011
Se ha encontrado una posible necrópolis que podría ayudar a aclarar la importancia de la población hace 2.000 años.

Fruto inesperado de la prospección arqueológica que se ha venido realizando en las últimas semanas en el recinto del antiguo Ateneo de Sant Boi, se ha encontrado una tumba, aún intacta, que podría estar asociada a una necrópolis romana. Estas catas arqueológicas, dirigidas por Jordi Ramos (de la empresa Àtics) y Maria Lledó (directora del Museu de Sant Boi), y financiadas por el Ayuntamiento de esta localidad, pretenden servir de base para una posterior campaña arqueológica de más amplio alcance que ayude a conocer el pasado romano de esta localidad del Baix Llobregat.
No se sabe con certeza si lo que hoy es el antiguo Sant Boi era en época romana un núcleo urbano, o se reducía a una villa rural rica y suntuosa, con sus esclavos y esclavas, sus trabajadores libertos y el conjunto familiar que la regentaba. El hallazgo reciente -en los terrenos del antiguo Ateneu Santboià- de una tumba, así como el de otros restos (cerámica, pintura mural, piezas del tejado), podría servir de acicate para efectuar una excavación más ambiciosa del yacimiento que pudiera ayudar a revelar la importancia romana de la población.
Nuevo museo
Con el fin de recopilar y exponer al público la historia romana de la localidad, el Ayuntamiento de Sant Boi de Llobregat, con la colaboración de la Diputación de Barcelona (y en menor medida, del Gobierno del Estado), acaba de inaugurar la nueva sede del
Museo de Sant Boi en el edificio de Can Barraquer, casa donde vivió y murió Rafael Casanova.
El equipamiento no se limita a exponer el pasado romano de Sant Boi, también reúne un muestrario de la época íbera y medieval hasta nuestros días. En la segunda planta se recrea la vida y la época de Rafael Casanova, Conseller en Cap de Barcelona durante el asedio de esta ciudad por las tropas borbónicas en el año 1714.
De diseño vanguardista, y dotado de recursos museográficos de última generación (audiovisuales, recreaciones históricas, reproducciones, interactividad...), el museo tiene la singularidad de que, siendo de ámbito local, puesto que se nutre de objetos encontrados en el territorio, sirve para interpretar la historia con un alcance más general. Jaume Bosch, alcalde de Sant Boi afirma que “representa un refuerzo de la memoria histórica, y sobre todo una recuperación de 2.500 años de historia de Sant Boi, que pueden verse en un mismo espacio”.
Más vestigios
Sant Boi fue durante la antigüedad un núcleo estratégico, a caballo entre el estuario del Llobregat (puesto que el actual delta es de formación mucho más moderna), el río (navegable para embarcaciones de poco calado), Montjuïc y la ciudad de Barcino. Sus orígenes son muy antiguos. Se remontan, cuanto menos, al siglo V antes de Cristo, en que está datada la mina íbera de hierro situada en lo que hoy día es la plaza de la Constitució, a escasos metros de la iglesia parroquial de Sant Baldiri.

En el año 1953 el arqueólogo aficionado Ramon Mas, con el apoyo del historiador Carles Martí, inició la excavación de las termas romanas bajoimperiales, hoy completamente desenterradas y en muy buen estado de conservación. Más adelante, a comienzos de los años 80, en los terrenos del antiguo Mercadal (cerca de la iglesia parroquial), se realizaron nuevas prospecciones, las cuales dieron como resultado el afloramiento de muros y materiales romanos.
En el año 2006 se realizó en este lugar una excavación en toda regla (financiada por el Ayuntamiento y la Generalitat), la cual sacó a la luz lo que previsiblemente serían las primeras termas de la Sant Boi romana. Según Maria Lledó, arqueóloga municipal, fueron construidas en torno al año 70 de nuestra era, y se abandonaron –a resultas de un incendio- a mediados del siglo II después de Cristo. Las actuales termas, del Bajo Imperio, fueron construidas a finales del siglo II, o a principios del siglo III.
Maldición para curiosos
Durante las prospecciones realizadas en el año 2005, en el edificio conocido como Ca la Teresa (en la plaza de la iglesia), fue hallada una pieza muy curiosa. Se trata de una vasija de cerámica, datada entre finales del siglo II e inicios del III, en la cual un esclavo de nombre Germanus escribe con un punzón la siguiente advertencia: Germani sum. Fur caue malum (Soy propiedad de Germanus. Ladrón, teme el maleficio). Esta inscripción es un rareza en el contexto romano; sólo se han encontrado dos ejemplos semejantes: en Pompeya y en el sur de Francia.

Germanus no es el único ciudadano romano conocido en Sant Boi de Llobregat. Contemporáneo de éste era Primitiva, que inscribió en un plato de cerámica su propio nombre. Dos siglos más viejo es Iulius Anicetus, obrador de ánforas de vino, las cuales eran exportadas, desde el puerto de anclaje de la localidad, a diversos puntos del Mediterráneo Occidental.

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