Las obras del Profea de pavimentación y saneamiento de la calle Alcaidesa o Arco, como es conocida popularmente en Castro del Río, han mostrado un trozo de la historia enterrado desde hace casi 2.000 años con el hallazgo de una tumba que podría ser de época romana y que no ha sufrido ningún expolio. Según las primeras estimaciones, el enterramiento podrá ser el de un adolescente.
Los restos están muy deteriorados y dispersos por la tumba, formada por grandes sillares de piedra arenisca, la propia de la zona. En cuanto al ajuar, han aparecido numerosos lacrimales de vidrio, usados por los romanos que perdían a un ser cercano para depositar en ellos las lágrimas y luego enterrarlas con el muerto amado.
La pieza más importante aparecida es un anillo de oro con una figura alada tallada sobre una piedra semipreciosa o de cristal. Esta figura es similar a la aparecida en alguna cerámica de yacimientos romanos de Castro del Río, un territorio especialmente extenso en cuanto a vestigios de ese periodo. Lo cual puede datar la fecha de la tumba en el siglo II o III después de Cristo y dan fe de que el difunto pertenecía a una familia de clase acomodada.
El cráneo apareció separado de la mandíbula, con lo cual se apunta la posibilidad que una corriente de agua dispersara los huesos. El cuerpo fue depositado sobre dos grandes tégulas de cerámica. El arqueólogo Juan Bretones, responsable de la intervención e identificación de los restos de la exhumación que se lleva a cabo en el cementerio de los fusilados tras la guerra civil y su personal colaborador, se ha encargado de realizar una limpieza minuciosa de la tumba y ha extraído todas las piezas para su estudio.
Foto:CAÑASVERAS
No hay comentarios:
Publicar un comentario