Protesta ecologista contra la mina de Salave.
© Plataforma ORO NO
10 octubre 2014
Los romanos llegaron primero. Y
encontraron oro en esas
recónditas tierras de Salave, en
Tapia de Casariego
(Asturias). Como en
Las
Médulas, utilizaron la
fuerza del agua para demoler la
montaña y poder extraer fácilmente el preciado mineral.
Ruina montium lo
llamaban.
Protesta ecologista contra la mina de Salave.
© Plataforma ORO NO
Esa misma ruina, pero social y económica, es la que trata de resucitar
la empresa canadiense Asturgold, animada por
los beneficios de un filón que,
asegura en su
página web, “es
el yacimiento aurífero más grande sin explotar de
Europa occidental y será un referente mundial en gestión medioambiental
y desarrollo tecnológico”. Dos millones de onzas de oro de difícil extracción
que desde los tiempos de
Augusto buscan
bolsillo.
Primero quisieron abrir un
gigantesco boquete en uno de los tramos
costeros mejor conservados de España. Como no les dejaron, ahora
proponen
abrir galerías que destruirán el paisaje y valiosas
lagunas de la antigua explotación romana.
Sus promesas de
dar trabajo a 500 personas (o a 200) en 13
años, no acaban de convencer a la mayoría de los habitantes de una comarca que,
ante todo,
quiere seguir viviendo como hasta ahora. Con calidad
y aprovechando los recursos agroganaderos, turísticos y pesqueros de esa tierra
maravillosa. Pero
otros sufren la fiebre del oro sucio y ya
sueñan con una solitaria década de trabajos fáciles y sueldos elevados.
La empresa minera que promueve esta mina está a la espera de recibir el
resultado de la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) de su proyecto. Y pese a
los
3 informes desfavorables de la
Confederación Hidrográfica del
Cantábrico, es muy probable que finalmente el Principado de Asturias
publique un Declaración de Impacto Ambiental positiva. No hace
falta recordar que ya estamos en la antesala de las próximas elecciones
regionales y locales, donde este tipo de noticias de trabajo fácil tienen un
fuerte tirón publicitario.
El problema es que
volvemos a ser pobres ¿Lo dejamos de ser
alguna vez? Y sin empresas punteras en I+D sólo podemos ofrecer a ese ente
extraño denominado “mercado” nuestros maltrechos recursos naturales,
hipotecando con ello el futuro en post de espejismos de
pandereta. Oro en Salave,
cobre
y zinc en Aznalcóllar (otra vez Doñana en peligro), magnesita en Zilbeti,
petróleo en Canarias.
Demasiada fiebre por el dinero fácil y
pocos antipiréticos de sostenibilidad o cordura.
http://blogs.20minutos.es/cronicaverde/2014/10/10/la-fiebre-del-oro-sucio-enferma-a-asturias/
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