La tradición estadounidense de crear imaginativos relieves que modifican el
motivo original de una moneda es sorprendentemente añeja.
11 mayo 2012
Los coleccionistas las consideran pequeños tesoros numismáticos
y el precio de las más preciadas ha llegado a los 13.750 dólares (unos 10.640 euros) en abril
de este año. Son las monedas modificadas, hobo nickels, los centavos de
los vagabundos.
Hay ejemplos de mediados del siglo XVIII, cuando el país
todavía era una colonia del Imperio Británico. Los llamaban Love Tokens
(Amuletos de amor), por ser frecuentes en las promesas de enamorados y
llevar iniciales y fechas grabadas.
Pero la verdadera edad de oro de este arte popular llegó con el Hobo nickel (que se podría traducir como los cinco
centavos de vagabundo). Conocida como Buffalo
Nickel o Indian Head Nickel, se acuñó de 1913 a 1938 y siguió
en circulación algunos años más. El metal era blando (una aleación de cobre y
níquel) y los duros rasgos del indio americano eran fáciles de
modificar. El abultado cuerpo del búfalo, que ocupaba casi toda la
superficie de la cruz de la moneda, era el lienzo perfecto para crear otros
animales e incluso paisajes.
Con el crack del 29 y la posterior depresión de los
años treinta, muchos hombres se encontraron con que un nickel
era todo lo que les quedaba en el bolsillo. Los nuevos vagabundos, gente que no
conocía lo que era dormir al raso, intentaban arañar unos centavos con cualquier
tarea que encontraran en la eterna ruta que seguían para sobrevivir.
Modificar una moneda era un recurso barato y eficaz para despertar la
simpatía del prójimo y hacer que la mísera cantidad creciera en valor, tal vez
canjeándola por un techo bajo el que pasar la noche o un plato
de sopa. Los hubo incluso que se hicieron un nombre y ahora son cotizados
autores, como Bertram Wiegand (conocido como Bert) que firmaba sus creaciones
borrando letras, aprovechando la palabra liberty.
Pero la tradición no ha desaparecido y todavía quedan muchas
monedas de cinco centavos que se pueden modificar, comprándolas en cualquier
rastrillo o tienda de numismática a buen precio. La Original Hobo Nickel Society
(La sociedad de los nickels de vagabundo originales) reúne a los aficionados al
arte del tuneo del modelo y descubre diseños nuevos propios de un
orfebre. Muchos conservan el año en que se acuñó la moneda, que siempre le da un
aire de misterio al ejemplar. El perfil del indio o el cuerpo del búfalo
desaparecen para dejar paso a finos relieves del perfil de una
momia, una flapper de los años veinte, un oso de cuerpo entero, un
vagabundo pescando en un lago o la estatua de la libertad convertida en
esqueleto.
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