Encuentran una veintena de corazas de la Legio VII en las excavaciones de la
Casona de Puerta Castillo.
verónica viñas | león
12/05/2012
La sede del CCAN, desalojada por el Ayuntamiento hace meses, escondía un
auténtico ‘tesoro’ romano. Las excavaciones que se están llevando a cabo en el
inmueble, que en el futuro se convertirá en aula arqueológica del León Romano,
han sacado a la luz fragmentos de una veintena de corazas de soldados de la
Legio VII. Una auténtica ‘mina’.
Unos hallazgos sin precedentes, según el arqueólogo municipal, Victorino
García, «tanto por la cantidad como por la calidad de las armaduras que han
aparecido». Y eso que apenas se ha excavado en una mínima parte en este lado del
edificio, por lo que no se descartan nuevos descubrimientos en los próximos
días, que convertirían a la Casona de Víctor de los Ríos en un enclave de
excepcional valor.
En la parcela de 800 metros cuadrados que hay en la trasera del edificio ya
aparecieron a finales de los años noventa las primeras pruebas de la existencia
de la Legio VI. En aquella excavación se extrajo parte de la coraza de un
legionario, que hoy puede contemplarse en una vitrina del Museo de León.
Arriba,
fragmentos de las corazas aparecidas en Puerta Castillo, en la antigua sede del
CCAN. Abajo, momento de la extracción de las armaduras.
Hace un año los trabajadores de Decolesa, empresa que está restaurando el
edificio de Puerta Castillo, descubrieron en el subsuelo de la Casona de Víctor
de los Ríos una lucerna (lámpara de aceite) y restos de otras tres corazas
romanas.
Ahora, en la parte de la Casona que ocupó durante décadas el CCAN, han
aparecido importantes piezas de lorica segmentata, la armadura que
utilizaban los soldados romanos.
Se trata de un tipo de coraza que supuso toda una revolución, porque se
desmontaba con facilidad — soltando las hebillas y cierres, que se ajustaban con
tiras de cuero—, era más cómoda de llevar, se podía guardar en un espacio más
reducido y, por tanto, era más fácil de transportar, puesto que era posible
separarla en cuatro secciones.
El nombre de la coraza que usaban los legionarios —lorica segmentata—
hace alusión a la división en placas metálicas de la armadura que portaban
las legiones en la época de máximo esplendor, ya que eran muy costosas y exigían
hábiles herreros en su confección. Un hallazgo insólito
Para valorar la importancia de los hallazgos de Santa Marina hay que tener en
cuenta que uno de los grandes hitos arqueológicos fue el descubrimiento, en
1964, en las excavaciones en Corbridge (Reino Unido), de fragmentos de tres
loricas.
Sólo los legionarios, y a veces los pretorianos, llevaban armaduras como las
halladas en la Casona de Víctor de los Ríos. Las fuerzas auxiliares, en cambio,
portaban la lorica hamata (cota de malla) o la lorica squamata
(armadura de escamas de metal superpuestas). Debido a su particular estructura,
la construcción de la lorica segmentata era muy costosa; por ello, entre los
siglos II y III, este tipo de armadura dejó de usarse.
Las obras en la futura sede del León Romano, que comenzaron hace siete años,
se prolongarán hasta el 2013, después de que el Ministerio de Cultura haya
habilitado una partida de 568.610 euros para el actual ejercicio y otros 654.258
euros para el próximo.
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