12 sept 2019

Juicio contra los arqueólogos que falsearon la historia del cristianismo y del euskera

Eliseo Gil y su equipo consiguieron subvenciones millonarias tras la manipulación de 476 restos para hacer creer que eran un hallazgo de "trascendencia mundial".

Bilbao 
El culebrón arqueológico de Iruña Veleia, en Álava, ya tiene fecha de juicio. El próximo 3 de febrero se juzgará en Vitoria a los tres integrantes de un equipo de arqueólogos que elevaron a "extraordinarios y de trascendencia mundial" los descubrimientos que habían hecho en un yacimiento situado a 10 kilómetros de Vitoria, para hundirse después en el infierno de una de las presuntas mayores falsificaciones de la historia. 
Juicio Iruña Veleia
El director del yacimiento, Eliseo Gil, en 2006 cuando sus hallazgos todavía no habían sido cuestionados. 

El director de la excavación, Eliseo Gil, anunció en 2006 su descubrimiento, que aspiraba a revolucionar la historia de la lingüística e incluso del cristianismo. Mostró piezas de barro con la inscripción de un calvario del siglo III que las convertía en la representación de la crucifixión de Cristo más antigua de la historia, y otras con referencias egipcias y en euskera que adelantaban 600 años a los primeros vocablos escritos que se conocen de este último idioma. Todo iba viento en popa. Su empresa, Lurmen, logró un patrocinio de 3,7 millones de euros de una sociedad pública vasca, Euskotren, amén de las que concedió la Diputación alavesa, la propietaria del yacimiento, y el relieve internacional del equipo liderado por Gil, que creció de manera exponencial.
Pero algo no cuadraba. Poco después, una comisión formada por 26 expertos comenzó a trabajar en su autentificación y en 2008 concluyeron que las piezas más controvertidas, las más espectaculares y llamativas, habían sido manipuladas sobre otras, verdaderas pero vulgares. Eran falsas. El ministerio público entiende que manipularon hasta 476 fragmentos arqueológicos sin demasiado valor que encontraron en el yacimiento situado junto a la localidad alavesa de Nanclares de la Oca, Álava.
Los hallazgos no solo fueron cuestionados por teólogos y arqueólogos, sino por expertos en Filología e Historia Antigua, a los que no cuadraba la aparición de palabras latinas con rasgos de lengua romance como "Cuore" (corazón), la "J" en "Jupiter", en lugar de "Iupiter", o la denominación de "Octavio Augusto" para referirse al emperador Augusto que es más tardía, sin olvidar signos de puntuación, como la coma, que de hecho no aparecen hasta la Edad Media.
Crucifixión presuntamente manipulada datada mucho antes de las primeras conocidas.
Crucifixión presuntamente manipulada datada mucho antes de las primeras conocidas. 

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