27 sept 2011

Desentierran al "último soldado republicano" de la Batalla del Ebro

  • Lo han hallado investigadores del grupo Didpatri de la Universidad de Barcelona.

  • Estaba sepultado en la misma trinchera en la que combatió hasta el último segundo.

  • El hombre, que calzaba un 44 y medía 1,80 m, murió por los efectos de la metralla.

  • Le partió el fémur derecho, le incrustó 9 fragmentos en la caja torácica y le arrancó una mano.


  • EP. 27.09.2011
    Investigadores del Instituto de Patrimonio del CSIC, del grupo de investigación Didpatri de la Universitat de Barcelona (UB), han desenterrado los restos del "último soldado republicano" de la Batalla del Ebro, sepultado en la misma trinchera en la que combatió hasta el último segundo.
    El hallazgo es fruto de los trabajos arqueológicos que se desarrollan en la línea fortificada de La Fatarella (Tarragona), cuyo objetivo es la preservación del patrimonio histórico que representan los búnkeres de hormigón y las trincheras de la zona, la última en poder de los republicanos tras una batalla que se prolongó entre julio y noviembre de 1938 y costó 15.000 vida.
    En un comunicado, la Asociación Lo Riu ha explicado que el hallazgo ha puesto "la piel de gallina" a los investigadores, al entender que el soldado caído era probablemente consciente de su situación y combatió para asegurar el repliegue de los soldados en retirada ante el avance de las tropas franquistas. El hombre, que calzaba un 44 y medía 1,80 metros de altura, murió por los efectos de la metralla (posiblemente una granada que le explotó a corta distancia), y los arqueólogos han documentado que el impacto le partió el fémur derecho y le incrustó hasta nueve fragmentos en la caja torácica, además de posiblemente arrancarle la mano derecha.
    El soldado cayó de espaldas encima de su zurrón, por lo que ha sido posible recuperar los utensilios con los que se afeitaba, una botella de cristal verde y el plato de aluminio con el que comía, junto con los restos de unas botas con suela de caucho y punteras de hierro. Todavía tenía en su poder dos granadas de fabricación polaca y diversos paquetes de munición de su fusil, si bien los arqueólogos creen que alguien le despojó de su casco y de su arma tras morir y lo dejaron allí, enterrado en su propia trinchera y rodeado de numerosos casquillos de bala.
    "Permaneció disparando frenéticamente contra los enemigos que atacaban la posición y se quedó en su lugar de combate, hasta la muerte, protegiendo la retirada de sus compañeros", precisa el comunicado, que celebra el resultado de una excavación que recupera la historia de este soldado hasta el momento anónimo.
    A mediados de noviembre, y después de que en julio el ejército republicano lograra atravesar el río Ebro e hiciera retroceder a los franquistas, el avance de los sublevados volvió a expulsar a los republicanos hacia el norte, por lo que el XV Cuerpo de Ejército fue encargado de defender las últimas posiciones que aseguraran el repliegue. En uno de los vértices de la línea defensiva de búnkeres y trincheras que discurría entre Riba-roja, La Fatarella y Ascó, concretamente en la zona de Raimats, es donde los investigadores han hallado el cadáver, en unos trabajos que dirigen Alberto González-Rubial por parte del CSIC y Mayca Rojo por parte de la UB.

    1 comentario:

    MAN dijo...

    Solo puedo decir, que descanse en paz y una lástima no saber quien es para que su familia, por fin después de tantos años, sepa donde esta su familiar desaparecido.

    Dudo mucho que sea el último, todavía muchas familias tenemos desaparecidos allí, que jamás se ha sabido de ellos ni consta su lugar de descanso.